¿No crees que tienes un problema si dos ex te han reclamado lo mismo?

Un viejo amigo me dijo algo cierto: «¿No crees que tienes un problema si dos ex te han reclamado lo mismo?». Él se refería al egoísmo que me caracteriza cuando insisto en tener siempre la razón, al menos cuando me beneficia.

Admito que sí, así fui criado por mi padre con quien compito desde pequeño por tener la última palabra. Es raro que uno condene actitudes paternales, como el autoritarismo intelectual, y acabe siendo la fiel imagen de su progenitor. A costa de largas discusiones, he aprendido a no ceder en lo que significa un duelo muy personal. En el peor de los casos, uno termina admitiendo la cuasi derrota señalando que cada quien tiene su manera de interpretar la vida, pero casi siempre -aunque pocas veces lo admito- termino recogiendo los contra argumentos para desarrollar una mejor respuesta en una futura discusión.

En el plano sentimental, confieso ahora que el egoísmo acaba siendo una suerte de círculo vicioso. Cuando uno se compromete, deposita una cantidad determinada de confianza, elemento que hace voluble a la pareja en caso de decepciones, pero sirve de garantía para forjar la relación. Al momento que ocurre una situación tensa, el orgullo hace que digamos cosas como «Total, igual íbamos a terminar en un futuro». Entonces, desde ese preciso momento, uno resuelve continuar asegurando que la rotura no será tan desgraciada como parece. Como reza el dicho, en toda caída siempre debemos levantarnos.

¡He ahí el círculo vicioso!, en la aceptación del orgullo para luego hacerse egoísta con el temor de sufrir la futura ruptura, aunque acepte una relación -es decir, el desprendimiento de la confianza-. Y cuando esta no sucede, uno acaba pateando el tablero mentalmente diciendo que no se puede vivir de una manera pensando en otra, todo esto enmarcado por la incertidumbre del futuro. Cualquier cosa puede ocurrir, pero uno acaba pensando que solo son cosas malas.

Aún recuerdo la enseñanza de una buena amiga que ahora cuida de mí desde alguna parte del cielo: cuando algo malo te pasa, siempre es karma; pero cuando es algo bueno, solo es suerte. Y cuando depositas confianza sabiendo que te expones a cualquier daño ante la incertidumbre, uno apuesta a ganador valiéndose de sí mismo, acaba siendo egoísta. Remato con otra frase: «Si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo». Lástima que aún no se puede casar uno con uno mismo.

Foto: Cult Gigolo – Flickr. Bajo licencia de Creative Commons